Los conformistas
- Los
conformistas viven bajo la tela de una fe tan grande que termina
anulándolos, esperando un mañana mejor, sin que den un paso para luchar
por aquello que quieren.
El querer es poder y el querer no
significa: “yo quiero pero espero”, la fe no hace que lluevan monedas
del cielo, ni que toquen la puerta de tu casa para darte la oportunidad
que quieres, si tu fe siempre fue muda, nunca hizo un ruido para
buscarla.
Los conformistas están lleno de temores, son frágiles,
piensan tanto en el problema, que son nulos de soluciones tan simples,
aferran todo a lo poco que tienen, y buscan cómplices con experiencia
en el conformismo, y allí, aun cuando no son felices, dan gracias a Dios
porque ellos tienen algo, para otros que no tienen nada.
Los
conformistas se asustan tanto de aquellos que caen cuando lo intentan y
tildan de locos y tontos si lo vuelven a intentar. Ellos jamás
arriesgaran nada, y están dispuestos a sobrevivir con los que les toco,
porque creen que Dios así lo quiso.
Las lágrimas no realizan
sueños ni construyen deseos en concreto, y aunque ni los buenos, ni los
malos deseos desalientan, no los quiero.
Por eso les digo…
Que mandare a la mier… aquel que me diga que no puedo, que no sea loco,
que no me arriesgue más, que Dios así lo quiso… Yo no soy un
conformista, soy un luchador, y aunque parezca nada lo poco que tengo, y
es todo lo que voy arriesgar, es suficiente para luchar, y si no me
quieren ayudar, que no me jodan, y no significa que voy a fracasar,
significa que me demandara más tiempo triunfar.
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