viernes, junio 19, 2009

Creyendo en los sueños de la felicidad.


Esta mañana me levante con la frescura de un sueño, un sueño que en días como hoy parecen ser casi reales, tan fáciles de perseguir y alcanzar, un sueño que en días como hoy, todo lo real es adverso y que nada parece rimar con el universo de tu ser.

Esta mañana, como la de ayer, y como la de hace mucho tiempo, sentí alcanzar aquello por lo que he luchado tanto, alcanzar la felicidad, la felicidad de ser un hombre real, eficiente, suficiente y realizado, meta que no he logrado, pero que esta mañana, como la de ayer, y estoy seguro que como la de mañana, tendrá sabor a triunfo, el triunfo de no sentirme fracasado hasta dejar de intentarlo tantas veces como la vida me lo permita.

Esta mañana cuando me levante, supe que mi sueño, era un pedacito de cómo iba a ser el resto de mi vida, y que para estar allí, faltaba tan poco, quizás un poco más de entusiasmo, un poco más de esfuerzo, o quizás solo un poquito más de todo, pero que estaba allí, a solo a un paso. Ya es casi de noche, y aun sigo esforzándome para alcanzar la felicidad, pero hoy no la alcance. Pero mañana me volveré a levantar con el mismo sueño, con el mismo entusiasmo, y con Dios como aliado de esta Odisea de la vida, llamada creyendo en los sueños de la felicidad, mi felicidad.